Fue fundado en 1929 y en su origen vestía con camiseta roja o granate (dependiendo de las temporadas) y pantalón negro. Entre 1929 y 1952 era un equipo no federado que disputaba solo torneos locales. No tenía un campo como tal, los equipos humildes jugaban en varios sitios: en el campo de El Parque (en la zona del actual Estadio Hispánico), el campo de San Mamés (al final de la avenida homónima), en el campo de Guzmán (sobre la actual Avenida Roma) o El Ejido (cerca de la plaza de Santa Ana) dependiendo del momento, de las temporadas o de la disponibilidad de los terrenos de juego. Con la desaparición de la Cultural, en los años de la II República y los difíciles días de la Guerra Civil, el Júpiter pasó a ser el primer equipo de la ciudad de León, superando en esta lucha al otro gran equipo de la ciudad en los años 30, el Deportivo Leonés.
Los años 50 fueron muy importantes para el Júpiter ya que en la temporada 52-53 se federó por primera vez jugando torneos oficiales en el equivalente a lo que hoy sería Segunda Provincial. El Júpiter era una mina de jugadores de una excelente calidad y de la zona, lo cual daba cierto prestigio al club a nivel provincial. Esta situación no se le escapó a nuestro presidente, Antonio Amilivia y en 1952 comenzaron los primeros contactos para unir ambos equipos. En 1954 los presidentes de ambos equipos: Antonio Amilivia y Demetrio Villalón (que en los 60 será presidente de la Cultural) firmaron el primer convenio de filiación. Desde entonces el Júpiter pasó a jugar de blanco como la Cultural, llegando a militar en Tercera mientras la Cultu estaba entre la Segunda y la Primera División. En esta división protagonizó grandes derbis ante Ponferradina y San Pedro (el otro equipo de Ponferrada), Cacereño, Plasencia o At. Zamora, equipos muy potentes por aquel entonces.
Con el descenso a Tercera de la Cultural en 1958 el convenio se deshizo y durante los años 60 volvieron a ser clubs jurídicamente distintos, aunque para toda la gente de futbol la unión seguía. El préstamo de jugadores era constante y los aficionados de ambos clubs eran los mismos, no había rivalidad, el Júpiter seguía siendo “el hermano pequeño” y toda la gente en León lo entendía así. Los años 60 pueden considerarse la “edad de oro” del Júpiter. El club estuvo en Tercera División (una Tercera equivalente a la Segunda B de hoy pero más dura) con una economía fuerte y una buena política de cantera que aprovechaba las joyas que los clubs modestos de la ciudad sacaban de sus filas. Al frente del Júpiter estaba Agustín Álvarez “Cachús” el cual estuvo siempre ligado a la Cultural pero sin renunciar a querer lo mejor para su Júpiter, intentando incluso a mediados de la década (en la época de la Operación Chatarra) convertir al Júpiter en el primer equipo de la ciudad en detrimento de la Cultural.
En estos años 60 Cultural y Júpiter estuvieron a la par siendo junto a la Ponferradina los “gallitos” de nuestro grupo de Tercera. En 1970 con Ángel Panero al frente de la Cultural en Segunda División se retomaron los contactos para reconvertir al Júpiter en filial, condición que tendrá hasta 1974 cuando pase a pertenecer de forma oficial a la estructura del club, pasándose a llamar “Cultural Promesas”.
Durante estos años 60 y 70 Cultural y Júpiter estaban unidos hasta en los más pequeños detalles; había modalidades de carnet para ser socios de ambos clubs, descuentos, partidos que se jugaban seguidos, entrenamientos y pretemporadas conjuntas y lo que más gustaba en la afición: era habitual que coincidiera que la Cultural jugara fuera de casa la jornada que el Júpiter lo hacía como local, por lo que se ponían ambos partidos a la misma hora para que, mientras los aficionados veían al Júpiter, escucharan por la radio (a veces radios particulares, a veces por megafonía) el partido de la Cultural.
¿Significó eso que el Júpiter desapareció? No, porque el Júpiter siguió siendo lo que siempre fue: una gran familia al servicio del fútbol leonés. La esencia que dio vida y forma al mito del Júpiter siguió en el Cultural Promesas, que luego fue Cultural de León y luego Cultural Leonesa B. Por eso podemos decir sin miedo a equivocarnos que el Júpiter desapareció en 2010 gracias a la gestión de Santiago Vega y Dionisio Elías, robándonos así una pequeña parte de la historia de nuestra ciudad y de nuestro club.
Volvamos a plantear la pregunta del principio ¿Y si el filial volviera a llamarse Júpiter Leones? Con la historia y el sentimiento de nuestro lado, sería completamente legítimo que esta idea fuese una realidad. La humildad, la factoría de grandes nombres para el futbol leonés, la familiaridad y el bien de la Cultural han de ser los objetivos de la Cultural B, los mismos que lo fueron del Júpiter ¿Por qué no volver a ello?
Rodrigo Ferrer Diez
Autor de Historia de la Cultural y Deportiva Leonesa (que saldrá en breves).