LA TRIBUNA DE PEPE REYERO

El fué —José Reyero, otro protagonista importante en la historia de La Cultural— el inventor (y nos parece que nadie le imitó después) de una «tribuna de peaje…».
También José Reyero encontró eco en las páginas deportivas por la sanción que motivó aquel extraño Cultural—Albacete.
El señor Reyero atendió a los autores de esta saga en su domicilio. Estaba el hombre dolido por el último revés culturalista ( ino he dejado nunca de ser hincha… y sólo unos meses estuve alejado del campo!). Explicó, en torno a un café y unas copas, que no había preguntas «tabú» aún cuando sí encontraríamos respuestas matizadas.
«Yo estuve ligado a La Cultural —como Directivo, e incluyendo el período presidencial – entre, me parece, el 38 y el 55. Presidente, diría, en los arios 46/47 y 47/48. Ya no me atrevo a afirmarnada. Esta memoria mía. Veamos.. fuí vocal (y enseña un carné fechado en 1.941) con Valdés. Sí… debe ser Valdés por la firma. ViceTesorero en el 44/45 con la directiva de Amilivia. Y es que don Antonio, como recordarán estuvo dos veces…».
¿Cómo estaba el club económicamente?
«Bueno… pues mal. Recuerdo que la Junta no tuvo más remedio que acudir a la firma de letras para «tapar huecos». Y recuerdo que, cada uno, se llevó una letra de ocho mil pesetas de entonces. Sí, (jaja,ja,) me parece estar viendo ahora a Hermosilla que la llevaba en el bolsillo y la sacaba cada poco. El club estaba mal. Y hubo una época, durante mi presidencia, que me quedé solo. Sí…, solo. Hay dos excepciones: Ruipérez y Ramón Alvarez».
Más recuerdos don José…
«Es que estoy muy mal de memoria, palabra. Y es que icomo estuve tantos años en el club, me confundo fechas en relación a hombres…! Por ejemplo recuerdo el local social en la calle Alcázar de Toledo. Recuerdo que, en la directiva que presidía Montes, tuvimos una
reunión de siete horas largas para convencer a Mundo que presentase la dimisión. ¿Mi entrenador…? Creo que intervine activamente en el fichaje de Amadeo…
¿Exitos deportivos…? De todo hubo. Mi época coincidió con el club en Segunda y Tercera. ¿Afición? Oiga, yo diría que más que hoy. Me atrevo a decir que teníamos dos mil socios por lo menos.
También durante una de mis épocas estuvo de entrenador Rafa. Perdonad que mis recuerdos no sean precisos. Tengo muchos nombres, muchas fechas… pero !fueron más de veinte arios y a veces no relaciono una cosa con otra…!».
¿Qué jugadores recuerda usted?
«…Angelín, gran jugador y persona, Isidro; Chovito. ¡Qué medio centro el de Angelín! ¡Qué cabeza! Más contemporáneo, Calo. A Calo le fiché yo un domingo por la tarde. Eran grandes leoneses, estupendas personas y muy desinteresadas».
Volveremos al tema, pero ¿y los viajes…? ¿los hoteles? ¿las primas?
«Se viajaba en tren. No teníamos el autobús aquel que regalara la colonia mejicana. Primas, pocas… y en hoteles, según».
Hablemos de la tribuna de «José Reyero».
«Antes de la Tribuna hay que hablar de «los asientos delanteros». Sí, hombre sí, Tuñón, tienes que acordarte. Era una primera fila con asientos. Pues bien, tres directivos nos pusimos de acuerdo con toda la Junta para colocar ese «tendido». Naturalmente la poníamos (se adelantaba el dinero) y cobrábamos según fuera recogiendo dinero de los usuarios. Recuerdo que al año y medio o así recuperamos las pesetas y, naturalmente, los asientos quedaron a beneficio de La Cultural. Al poco tiempo (a los pocos meses) empecé a insistir en las Juntas en la necesidad de levantar una tribuna. Que todos los campos la tenían…, que si era una vergüenza para León, que si por aquí, que si por allá. La idea era adelantar un grupo la cantidad para irla cobrando (como pasó con el «tendido de sillas») poco a poco. Nadie quiso y… ime lancé yo!. Se acordó que yo pagaba la tribuna y la explotaba durante diez años.


Bien, pues la exploté durante cinco años. Y en esa época puedo decir que ganaría unas cuatrocientas mil pesetas. Ni que decir tiene que esas pesetas y unas pocas más fueron (según mis cuertas) la contribución al club a lo largo de esos años. No me quejo ¿eh…? Pero quiero puntualizarlo pues mucha gente cree que eso fué el negocio del siglo. Era una buena operación. La tenía que haber afrontado el club colectivamente. La hice yo, pues nadie quería. Y el dinero recibido por alquiler, digamos, se fué por otro sitio. Luego ocurrió algo desagradable.
No a mí, no, que ya no estaba en la Junta. Resulta que a La Cultural la echaron del campo por no pagar el alquiler que era de 525 pesetas al mes. Sí… Sí. Creo que se debían dos arios, pero… Y así se fué La Cultural de La Corredera. El caso es que el dueño del campo me llamó y me dijo: «ganamos el pleito. Tienes que sacar de ahí la tribuna».
Y me dieron un plazo. Recuerdo que vendía la madera a Zorita por unas diez o doce mil pesetas. Por cierto, en la tribuna teníamos un anuncio de «Anís de la Asturiana» y pagaba unas mil doscientas o mil trescientas al año. Fuimos los pioneros de la publicidad ¿cuánto
pagaban los abonados…? Cuatro o cinco mil pesetas cada uno. Y os insisto que cifré unas cuatrocientas mil pesetas en esos años con los abonados. Si haces números veréis que iba la gente al fútbol. Yo creo que ser socio debía valer entre cuarenta y setenta pesetas al mes. Tal vez ochenta…».
Cuéntenos el fichaje de Calo.
«A Calo le convencimos en una sala encima del Bar Sevilla.
Teníamos una habitación como dependencia del club. Le cogimos entre Ruipérez y yo y nos pasamos toda la tarde del domingo para convencerle. No había dinero en el club y adelantamos entre los dos las cinco mil quinientas pesetas que pedía por un año».
Y ahora de las palabras de José Reyero pasamos a las referencias de Prensa:
«…Enero, 1.947: un grupo de destacados aficionados leoneses promocionó un homenaje al Presidente de La Cultural, don José Reyero, para agradecerle públicamente el esfuerzo realizado en solitario, haciéndose cargo del club cuando se hallaba a punto de desaparecer y afrontando por sí sólo las cargas económicas que sobre la sociedad pesaban. El homenaje tendrá lugar el día 26 del corriente mes, con ocasión de la visita a La Corredera del Real Valladolid…».

Y volvemos a la referencia de la prensa: «El partido Cultural—Valladolid, finalizó con el triunfo visitante por 3-1. Con un día muy frío y bastante público, en La Corredera, antes de comenzar el juego se celebró el homenaje al Presidente del club leonés, don José Reyero, imponiéndole el alcalde señor Eguiagaray una insignia de oro y recibiendo de los jugadores un balón con la firma de todos y una copa.
El encuentro fué muy brillante en la primera mitad con mejor fútbol de los vallisoletanos y mucho entusiasmo en La. Cultural que minó en la primera parte. Marcó primero el Valladolid por mediación de Vaquero y empató La Cultural en tiro de Tavilo y luego Acedo conseguiría dos nuevos tantos. El Valladolid (que subiría al final de temporada a Primera) tenía un equipo magnífico formado por Ramallets; Busquet, Soler; Pablito,Torquemada, Patier; Ferrer, Lasala, Acedo, Vaquero y Bohorquez. La Cultural alineó a Guerra; Sánchez, Bilbao; Huete, Severino, Romero; Madrazo, Gaitos, Tavilo, Claudio y Cantero…».
Y vuelta, ahora, a nuestro protagonista. La historia del «Cultural—Albacete», señor Reyero…
«Podía contestar, como hacen los políticos, con evasivas y con palabras huecas. Prefiero mejor decir poco y clarito. En aquel partido ocurrió, sí, algo. Yo era Presidente y me hice cargo de todo. Arrostré la responsabilidad del suceso. Cargué con la culpa totalmente. Ya sabéis que la única sanción federativa fué contra mí y que el resto de la Junta quedó libre. Eso es lo que pasó: una sanción (que luego fué rebajada) y el Presidente —que al igual que el capitán, en los barcos, debe ser el último en abandonar la nave y hundirse él pero no los demás— que arrostró con todo. El cómo se hizo aquello y por qué se hizo pertenece al secreto del sumario… y no por mí, no, sino por otras personas (algunas ya fallecidas) que estuvieron implicadas muy directamente. Miren ustedes… no insistan. Si hace muchos años, en caliente, me hice responsable de todo no voy ahora a volverme atrás… Además no pudo ser muy grave cuando de una sanción a perpetuidad se pasó a una sanción que duró poco más de dos años. Y es que yo, a los tres años, volví a la directiva culturalista…».
José Reyero no quiere ser más explícito. Insiste en que: «desde las seis de la tarde de aquel domingo dije… mía es la responsabilidad, soy el Presidente para bien o para mal…».
Pero hay, inevitablemente, que recurrir a testimonios de la época. Tras clasificarse en su fase de Tercera, La Cultural juega la liguilla ante campeones y subcampeones de distintos grupos. Eran: Tomelloso, Palencia, Pontevedra, Salamanca, Valladolid, Lucense y Albacete. Y en León se juega el Albacete—Cultural. En la primera mitad el once leonés consigue un cómodo —y parecía que inamovible— 3-0.
En la segunda parte ( iya dice el refrán que las segundas partes nunca fueron buenas!) del empate a tres se llega a la victoria visitante (y tras un show increíble) por cinco goles a tres.
En la grada un delegado federativo. El lío, el expediente. Dimite Jesús Rivero Meneses, de la Federación Española de Fútbol y también lo hacen las directivas del Albacete y La Cultural (hay una carta del 31/3/47 donde José. Reyero se lo comunica a la federación asturiana). Albacete y Cultural son dados de baja por la Federación Española. Intervienen distintos valedores y con el apoyo del Ministerio de la Gobernación, se revoca el acuerdo y, así, en la campaña 47/48 La Cultural formaba parte del primer grupo de la Tercera en competencia con Santiago, Lucense, Ponferradina, Lemos, Betanzos, Pontevedra, Orense, Arosa, Atlético de Zamora, Galicia, Juvenil y Maestranza.
Lo que tampoco quiere contar nuestro protagonista —y es lógico que nosotros sí lo digamos— es que en el homenaje que se le organizó allá por el 47 participó toda la afición culturalista. Se vendían por los bares, por los comercios, unos boletos a cinco pesetas cada uno a fin de recaudar los fondos necesarios para comprarle la insignia de oro y brillantes del club. Fué, por tanto, un auténtico homenaje popular…
Recordemos, finalmente, algunos compañeros de Junta en los años en que nuestro protagonista dirigió los destinos culturalistas:
D. Angel Sánchez Franco; D. Juan Antonio Carro; D. Enrique Bel; D. Miguel de Blas; D. Ricardo Hermosilla; D. Eduardo López; D. Enrique Barthe Pastrana; D. Manuel Arroyo Quiñones; D. Fernando A. Pereira; D. Ramiro Jover Rodríguez; D. Felipe Ruipérez; D. Francisco Ucieda; D. Andrés Edo; D. Ramón Alvarez; D. Domingo F. Bello; D. Enrique Hidalgo; D. Gerardo Cosme; D. Nicolás Alonso; D. Enrique Moreno; D. Federico Tagarro; D. Jesús Díez Alvarez y el Sr. Paradela

